Tuesday, 14 December 2010

From Keter Israel

El Kidush Hashem único de la mujer

de Keter de Israel, el Martes, 14 de diciembre de 2010 a las 16:54
(Selección extraída del libro "Unidos en Uno", por Ezriel Tauber, (c) Editorial Shalheves)
Deben saber que a la mujer se le confió una mitzvá que produce un kidush Hashem más grande que cualquier otra cosa que el hombre pueda hacer.

- ¿Y cuál es esa mitzvá? - preguntó Shana.
- Taharat hamishpaja, la pureza de la familia contestó el Rabino.
- Permítanme ilustrarles la grandeza de lo que estoy diciendo:

La ley Judía dice que está prohibido hacer un préstamo a un amigo sin testigos, para prevenir el caso en el que el amigo niegue haber recibido el préstamo. Si yo te presto $100 dólares sin testigos, por cuanto que tú podrías negar fácilmente haber recibido el préstamo, entonces se considera como si yo te tenté a negarlo. Y si realmente lo niegas, fui yo el que te ayudó a ser un ladrón. Esto se llama ayudar al prójimo a pecar y está prohibido.

La ley está basada en un sutil conocimiento sobre la naturaleza humana: la tentación puede afectar a cualquiera.
Por lo tanto, la Torá dijo: "no provoques la tentación". Ahora ¿cuál es la inversión más grande que tiene Hashem en el mundo? Su Am kadosh, Su Pueblo Sagrado.

El Pueblo Sagrado se construye a través de las reglas sobre la pureza de la familia que protegen la santidad de las almas que vienen al mundo. ¿Y a quién le confió Hashem esta gran inversión? A la mujer. A ninguna en particular, sino a cada mujer Judía. Hashem le dice: "Pongo mi confianza en ti. No necesitas testigos. Las preparaciones necesarias para sumergirse en la mikve, la cual establece la santidad de Mi pueblo, están totalmente en tus manos"

Piénsenlo. A un hombre no se le confía que se le preste $50 sin testigos, ni siquiera a un amigo cercano por miedo a tentarlo a que lo niegue; y si lo hace, transgrede la ley Judía. Sin embargo, Hashem confía todas las necesidades tanto emocionales como físicas del ser humano a la mujer.

Conozco a una pareja joven que se volvió observante de la Torá después de estar casados. Tomaron sobre sí mismos todos los preceptos y leyes de la Torá incluyendo taharat hamishpaja con verdadero cariño. Inmediatamente después, complicaciones inevitables surgieron en la preparación de la mujer, manteniendo a la pareja separada. Pasaron algunas semanas, unos meses. Después de cinco meses la pareja se encontraba bajo mucha presión. Finalmente cuando parecía que ya se iba a resolver, surgió una pregunta acerca de su preparación: vio una mancha sospechosa y se dirigió a un Rabino. El Rabino le dijo que desafortunadamente tendría que esperar aún más tiempo. Esta mujer pudo fácilmente haberlo negado y no haber ido a ver al Rabino. Su matrimonio estaba bajo presión, pudo haber pasado la pequeña mancha por alto y no ir a consultar al Rabino y nadie lo hubiera sabido. Sin embargo, no lo hizo. Ese sacrificio que hizo fue sobrehumano ya que el único que hubiera sabido, además de ella, era Hashem. Ella protegió Sus intereses. Ella mantuvo la santidad de las almas que traería a este mundo. Ese acto en privado fue un gran kidush Hashem.

- Moshé, noto que algo te está molestando - dijo el Rabino.
- No, adelante - contestó Moshé.
- ¿Seguro? Estaría más contento en poder contestar a tus preguntas.
- No vale la pena.
- Como quieras. Seguimos - dijo el Rabino.
- ¿Durante cinco meses permanecieron separados? interrumpió Moshé.
- Me imaginé que algo te molestaba.
- ¿Qué quería Hashem de esa pobre pareja? - preguntó Moshé.
- Primero que nada debes saber que esta situación es muy, muy rara.
- Está bien.
- Segundo, Hashem sabe qué tanto es capaz de hacer ya sea la persona o la pareja. Puede ver dentro de los corazones de cada uno y saber cuánto es demasiado. Cuando Hashem da pruebas como la que tuvo que pasar esta pareja, Su intención es extraer la grandeza de la pareja a la superficie. Hashem probó a Abraham con las mismas intenciones: no por El mismo ni por Abraham mismo sino para enseñarle al mundo la grandeza de Abraham, que hasta entonces había estado oculta. Hashem sabe la verdad. El prueba a la gente para demostrarle a ellos mismos y a los demás quiénes son. Hashem vio la gran devoción de esta pareja baal teshuva (que retorna al camino de la Torá) y les mandó esta prueba para mostrarles su belleza. Cuando Hashem manda una prueba muy difícil, El sabe que la persona es capaz de pasarla y un gran kidush Hashem sale de ella. Entre más grande sea el sacrificio, más grande la santificación.

El Rey Salomón escribe: Ner Hashem nishmat adam: "una vela de Hashem es el alma del hombre". El Zohar explica que la mecha corresponde al cuerpo, la llama al alma y el aceite a las mitzvot o actos que la persona hace. La calidad de la luz depende de la calidad del aceite. Entre más se pise y exprima el olivo, más fino el aceite. Igual con las mitzvot. Entre más difícil sea cumplir con la mitzva, más puro va a ser el aceite y más brillante la luz espiritual. Más aún, así como cuando la mecha entre más se quema y se consume despide más luz, igualmente el cuerpo (representado por la mecha) entre más dé de sí, radia más luz espiritual.

Imagínate esta pareja baal teshuva cuánta luz radiaron al permanecer separados, simplemente por su descubrimiento y convicción de la Torá. Agregó a eso la brillantez particular del kidush Hashem de la mujer al actuar confiablemente. Pudo haberse engañado tan fácilmente, sin embargo, al sobreponerse, hizo la proclamación más grande del dominio de Hashem en el mundo.

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