Por favor ten en mente que tu estudio de los “48 Caminos Hacia la Sabiduría” sea en mérito de Rab Noaj Weinberg zt''l, el querido fundador de Aish HaTorá – Israel Noaj ben Itzjak Matityahu.
Camino #36: Cómo Enfrentar la Presión Social
Conocí a un joven que siempre hablaba con la cabeza ligeramente ladeada, porque alguien una vez le dijo que tenía el perfil de un actor famoso. La mayoría de la gente no pensaba que tenía el perfil de un actor, sino que le faltaba un tornillo.
Esto es lo que ocurre cuando dejamos que nuestro deseo por impresionar a los demás determine nuestras acciones.
El camino 36 de los 48 caminos hacia la sabiduría es "Mitrajek min hakavod", que literalmente significa "mantente alejado del honor". Este camino nos enseña a no acudir a los demás para obtener reconocimiento, sino a encontrarlo en nuestro propio ser. Piensa en lo que crees tiene importancia en la vida y haz uso de ello para impulsarte a ser verdaderamente grande.
Este es un clásico conflicto entre cuerpo y alma. Al cuerpo le gusta embriagarse con la ilusión de que los demás piensan que somos importantes. Pero el alma busca lo que es verdaderamente significativo. El cuerpo dice: "Seamos importantes ahora". El alma dice: "Hagamos que perdure". El cuerpo vacila ante las incomodidades que esto involucra. El alma sabe lo que se debe hacer.
Examina tus motivos
Procura que todo lo que hagas en la vida sea por elección propia, no basándote en impresionar a los demás. Por ejemplo, al planear tu vida social, pregúntate: "¿Cuál es mi motivación?" Si planeas unas vacaciones en Europa, ¿es porque realmente quieres ir? ¿O porque esperas impresionar a todos con tu gran espíritu aventurero?
Aquí hay algunos ejercicios prácticos que puedes hacer:
- Haz una lista de cosas a través de las cuales la gente típicamente busca la admiración de los demás: riquezas, fortaleza, habilidades, educación, inteligencia, profesión, salud, condición física. ¿Puedes mencionar otras cosas, más importantes, que correspondería incluir en esta lista?
- Haz una lista de las cosas que tú haces para impresionar a los demás. ¿Qué tienen estas cosas que te hacen sentir importante?
- Pregúntate por qué sientes la necesidad de impresionar a la gente con estas cosas. ¿Qué esperas lograr con esto en definitiva?
La carrera por el reconocimiento
Aunque no estemos conscientes de ello, nuestra condición humana nos impulsa a desear que se reconozcan nuestros logros. Si estamos orgullosos de algo, queremos que los demás estén informados. La próxima vez que estés conversando, observa cuánto tiempo transcurre hasta que la otra persona empieza a mencionar logros personales (¡o hasta que tú mismo empieces!).
¿Por qué esa necesidad de impresionar a la gente? Los seres humanos están sedientos de hallar un significado en la vida. Pero a veces no alcanzamos el nivel que deberíamos. Por eso necesitamos compensar con un espaldarazo artificial de los demás.
Si los demás te dicen que eres magnífico, podrías llegar a creértelo. Por ejemplo, un actor que se cree lo que dice el correo de sus admiradoras está en problemas, cuando deje de ser popular, puede darse un verdadero porrazo.
La búsqueda afanosa del honor es una señal de que no te respetas a ti mismo lo suficiente. Es como decir: "Quizás no valga mucho, pero si logro que los demás crean que sí, entonces sí valdré algo". Eso no es verdad y equivale a buscar el "oro de los tontos", amarillo y brillante, pero carente de valor. En tu fuero interno, te sientes como un impostor.
Quienes están satisfechos con su nivel de éxito personal no necesitan del reconocimiento público para sentirse seguros de que valen algo. Si crees en ti, no importa lo que los demás piensen.
Libérate de las opiniones
Si dependes de las opiniones de los demás para decidir cuán bueno eres, entonces te transformas en un velero, dando vueltas hacia donde te zarandeen las opiniones de los demás y las modas pasajeras.
Si confías en tu propio valor, serás mucho más capaz de cerciorarte de que tus opiniones sean propiamente tuyas y no las de la sociedad.
Dios llama a los judíos "un pueblo testarudo". Ser testarudo es tanto bueno como malo. Es malo porque te hace porfiado y renuente al cambio. Pero es bueno porque te aferras a tus creencias a pesar de todas las modas y tendencias. Se dice que si los judíos no fueran testarudos, no habrían sobrevivido hasta la actualidad.
Todos deseamos el éxito y la grandeza y debemos buscarlas. Pero no debemos vivir para los demás. No debemos basar nuestra elección de profesión, estilo de vida o incluso nuestra entretención exclusivamente en lo que nos da un status. Si quieres ser grande, entonces haz algo verdaderamente grande. No porque te hará merecedor del respeto de los demás, sino porque tú mismo quieres vivir una vida plena de significado y materializar tu potencial. No importa cuánta o cuán poca atención captes de los demás.
No te preocupes. Cuando sigues el camino recto, pese a que los demás podrían inicialmente rechazarte, puedes irte a dormir tranquilo sabiendo que tu conciencia está limpia, y seguro de que, en última instancia, la verdad prevalecerá.
¿Estás impresionado?
Algunas personas constantemente presumen de sus logros, gritando: "¡Presten atención! ¡Soy importante!".
El judaísmo sostiene que quien hace una buena acción y presume de ella, pierde la recompensa correspondiente. Supongamos, por ejemplo, que te enteras de una viuda y sus hijos que apenas tienen para comer. Les llevas comida, les brindas apoyo y los encaminas en la senda de la autonomía financiera. Apenas empieces a presumir de eso, habrás transformado un bellísimo acto en una herramienta para inflar tu propio ego.
La gente sospecha de quienes buscan desesperadamente el reconocimiento. Por eso, el honor es una de esas cosas curiosas que mientras más persigues, menos obtienes a cambio.
El judaísmo sostiene que cuando realizas una buena acción, los únicos que deben enterarse de ella son tú y Dios. Haz el bien en forma anónima. No te preocupes. Dios hallará la forma de asegurarte que serás ampliamente recompensado.
Actuaciones
Una de las formas más destructivas de intentar impresionar a los demás es desempeñar papeles diferentes. Actuamos en los papeles que pensamos complacen a los demás. ¿Te has percatado de cómo tu personalidad puede cambiar en presencia de distintas personas? Ante los del gimnasio, actuamos como atletas. Para nuestros amigos, somos divertidos. Para nuestro jefe, somos serios. ¡Probablemente actuamos en 10 o 20 papeles al día!
Analiza las diversas formas en que te proyectas e intenta describirlas. Puede que incluso actúes en papeles contradictorios. Esto es peligroso porque, al cambiar nuestros papeles en forma casual, es fácil perder de vista quienes somos realmente.
¿Quienes somos realmente?Ten cuidado de la presión social que te obliga a ajustarte a un modelo específico. ¡Piensa en cuántas personas desean subconscientemente ser una estrella de cine!
Contáctate contigo mismo y decide quién realmente quieres ser. Pregúntate: "¿En qué papel estoy actuando? ¿Es así como realmente quiero ser?".
Papeles positivos
La dramatización tiene su lado positivo: puede hacer florecer un potencial al cual quizás no tendríamos acceso de otro modo. Cuando actuamos exteriormente de forma positiva, eso despierta nuestro ser interior.
Elige un papel que te sea beneficioso y permite que empiece a afectar tu conducta diaria. Supongamos que decides ser auténticamente feliz. Comenzarás a actuar en el papel de la persona alegre, sonriente y amistosa que le gusta estar con gente. Al actuar en ese papel, el cuerpo entrará en la sintonía correspondiente y el personaje cuyo papel "representas" se convertirá realmente en parte de ti.
Quizás te preguntes: ¿Acaso hay alguna diferencia entre engañar a los demás y engañarte a ti mismo? La respuesta es que actuar en ciertos papeles para hacer aflorar nuestro potencial sí es bueno, en tanto que hacerlo para provocar los elogios de los demás no lo es. La prueba de fuego es que si realmente intentas engañar a los demás, probablemente te sentirás pésimo después. Pero si actúas para mejorar tu carácter, terminarás sintiéndote mejor contigo mismo.
Una última aplicación positiva de nuestra capacidad para la dramatización: puedes desarrollar una estrategia sobre como actuar frente a una situación difícil. Por ejemplo, si vas a hablar en público, adquiere las destrezas necesarias para hacerlo en forma eficaz. Practica frente al espejo hasta que te salga perfecto. O, si sabes que tiendes a discutir con tu jefe, entonces desempeña un papel para poder alivianar la tensión. Te ahorrará a ti y a los demás mucho sufrimiento.
¿Por qué es "enfrentar la presión social" un ingrediente para la sabiduría?
- No te veas atrapado por la necesidad obsesiva de obtener reconocimiento.
- Buscar la aprobación de los demás te hace daño porque te impide alcanzar la verdadera grandeza.
- Si necesitas de los demás para reafirmar tu importancia, llegó el momento de examinar tu nivel de autoestima.
- Cuando actúas para impresionar a los demás, te sientes vacío por dentro.
- Pregúntate: Si te dan la oportunidad, ¿preferirías ser famoso y desdichado, o anónimo y feliz?
- Cuando sientes la necesidad de glorificarte, pregúntate: "¿A quién estoy tratando de impresionar?".
Incluso si convences a los demás de que eres magnífico, ¿estás seguro de que lo eres realmente?