“No aceptarás soborno”
Rav Ioram Eliahu
En nuestra Parashá se encuentran numerosas mitzvot y leyes que son estudiadas en varios tratados del Seder “Nezikin” [uno de los seis tomos de la Mishná. N. del T.]: Los cuatro prototipos de daño, las leyes de los cuidadores, etc.
Esas leyes son juzgadas por los jueces de Am Israel (el Pueblo de Israel), y a continuación en la Parashá la Torá nos enseña la Torá cómo deben hacerlo: “No pervertirás el juicio” (Shmot 23:6), “de una palabra falsa te alejarás” (Shmot 23:7), “no aceptarás soborno, porque el soborno ciega a los videntes y corrompe las palabras de los justos” (Shmot 23:8). En el tratado “Ktuvot” (105) nuestros sabios explican en extensión qué es lo que le ocurre al juez cuando recibe soborno. Así dice la Gmará : “¿Qué es soborno? Es algo que une, porque el que da soborno y el que lo recibe se unen en el corazón” (Rashi). De acuerdo a ello, explica allí Raba que cuando un juez acepta un soborno se siente un poco como el acusado, y nadie es capaz de sentenciarse a sí mismo. Y agrega el autor del libro “Tora Temima” que “de momento que él y el que lo sobornó se unen en el corazón, el juez ya no es consciente de su falta de objetividad”.
El soborno también está prohibido cuando el juez exime al inocente y sentencia al culpable, porque puede llegar a acostumbrarse y pervertir el juicio en el futuro. Así escribe el autor de “Sefer HaJinuj” (Mitzva 83): Tenemos prohibido aceptar soborno incluso para juzgar con justicia “para eliminar esa mala costumbre, no sea que de esa forma se llegue a juzgar injustamente”.
Muchos piensan que el soborno es dinero, y les está claro que está prohibido. Pero cuando se les propone algún regalo o un favor de algún tipo, ellos piensan “¿qué tiene de malo que él me haga algún favor? Se trata de un regalo de un buen amigo, ¿por qué debo preocuparme?” Nuestros sabios dicen que incluso soborno de palabra o favores están prohibidos, porque pueden influir en ti y llegarás a pervertir el juicio. Así cuenta la Gmará (Ktuvot): Había una persona que acostumbraba a traer una canasta con frutas a Rabí Ishmael Bar Rabí Iosi todos los viernes. Un día, llegó con la canasta el jueves. Le preguntó: ¿Por qué has llegado más temprano? Le dijo: Tengo un pleito que tú debes juzgar, me dije que de todas formas yo vengo a ti todas las semanas, entonces traeré las frutas más temprano. Le dijo Rabí Ishmael: Yo me descalifico de juzgarte. Trajo a otros jueces en su lugar. Y mientras era juzgado, Rabí Ishmael Ben Rabí Iosi se dio cuenta que todo el tiempo él piensa en su interior que su amigo debe ser exento, y se dice a sí mismo: “Ojalá argumente de tal o cual forma, y será exento” (Rashi). Se quedó pasmado, y dijo: ¡Malditos sean los que aceptan soborno! Si yo – que no lo acepté, y si lo hubiese aceptado estaba recibiendo lo que me pertenece [porque de todas formas le hubiese entregado las frutas el viernes] – siento que mi corazón lo quiere juzgar para bien, entonces el que realmente acepta el soborno seguro que su corazón juzga para bien al acusado, y pervierte el juicio.
En el tratado “Sanhedrin” - que se ocupa mucho de los jueces - nos enseña la Gmará (7A) que un juicio injusto no es sólo un problema particular del juez y el acusado, sino que se trata de un deterioro de todo Am Israel (el Pueblo de Israel). Y así dicen: “Todo juez que juzga auténticamente, hace que la Shjina (manifestación de la Presencia Divina ) se manifieste en Am Israel”. Y en contraste, “todo juez que no juzga auténticamente hace que la Shjina no se manifieste en Am Israel”, porque “las leyes son Kodesh Kodashim (Sacrosanctorum) en Am Israel”. Nos enseña el Rav Kuk que por eso cuando fue fundado el sistema jurídico en la nación, nuestro Rav Moshé se encargaba él mismo de juzgar a Am Israel, y de esa forma “elevó todos los valores del juicio hasta el fin de todas las generaciones al contenido Divino que las leyes de Am Israel deben llegar”. Y por lo tanto “la búsqueda de D’s a través del juicio se quedó como una particularidad de Am Israel…” (Orot, Pág. 20). “Porque el juicio es la principal aspiración Divina de la nación elegida por D’s, a través de él la nación sabe su valor, entiende su destino, y a través de él se vincula en forma vigorosa con el que entregó la Torá. Por ello, las leyes son Kodesh Kodashim para Israel, y el Sanhedrin (Suprema Corte de Justicia) – que es la autoridad suprema en la nación… es el bastón sobre el que nos apoyamos y nos respaldamos, en él nos aconsejamos y preguntamos en situación de paz y situación de guerra” (Nitznutzei Orot del Rav Ushpizai, Pág. 190).
De esa forma podemos entender por qué le es exigido al juez depurar todas esas virtudes y destacarse por sus buenas virtudes, como fue mencionado en la Parashá anterior: “Hombres capaces, temerosos de D's, hombres de verdad, que aborrezcan el lucro” (Shmot 18:21). Vinculándonos con la verdad hasta ese punto, seremos merecedores de la pureza y del juicio auténtico, y la manifestación de la Shjina dentro de nosotros.
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